Este año empezó conmigo dándole la pechuga a la Trini, a lo lejos sentía "5,4,3,2,1 ahhh!" y yo sentada en la cama con mi madre y mi hija en brazos tratando de que tome papa para poder hacerla dormir. Nos abrazamos las tres y obvio que a mi se me cayeron algunas lágrimas tratando de no hacer balances ni recuerdos tontos del año que se iba. Fue raro el año nuevo, menos mal que descubrimos que del balcón de mi pieza se ven re bien los fuegos artificiales, así que mis papás y mi suegra (los únicos que se entusiasmaron en pasar un año nuevo de papas y pañales) los vieron desde allí. Yo me quedé con la Trini en la cama y Agus con Mario desde el living. Así que este año hubo nula fiesta, karaoke o champaña.
Ayer también se fue mi mamá a su casa, así que trataremos de arreglarnos sin ella algunos días, y a pesar de que se quedó mi hermana, ya anoche se extrañó los consejos y la ayuda de la "voz de la experiencia" cuando la Trini entró en ataque de llanto y terminó contagiando al hermano...desde que llegamos a la casa que ambos no lloraban juntos así que era una casa de locos a eso de las 12 de la noche.
No se que esperar de este año, desde que nacieron los chiquis que estoy en stand-by sólo preocupándome por ellos, y en ir cachando a que hora le toca la próxima papa y muda...y dentro de todas esas "obligaciones" ellos me regalan una sonrisa o se agarran de la pechuga sin atados y nos regalamos esos momentos mamá-hijo donde estamos sólo nosotros y toda la angustia post-parto se aleja.
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