Antes que todo le agradezco a Claudia y a Selma sus comentarios del tema de la licencia y el prenatal. Finalmente mi doc me dio la licencia el viernes pasado y me mandó a la cama al tiro, o sea, tengo que hacer reposo de verdad, lo que igual me alivia por el tema de no hacer las cosas de la casa (pobre papá de mellis que tiene que hacer más cosas ahora), pero igual me aburre profundamente estar de brazos cruzados.
Ayer por ejemplo me aproveché y me puse a forrar los cajones del closet de la pieza de mellis y a sacar y clasificar ropa que estaba guardada allí y que debería estar en la basura o bien hay que donarla. La pobre pieza quedo toda desordenada y me puse manos a la obra toda la tarde cortando el papel para forrar y además clasificando la ropa, lo malo vino al final porque no me podía parar de dolor de espalda y de cintura (o donde antes estaba la cintura), así que creo que se me paso la mano con la actividad, lo bakan es que el closet quedó bello!, en especial si consideramos que lo hice yo que soy absolutamente negada para las artes manuales, y quedé con n ganas de seguir con otros muebles aunque el físico ahora no me acompaña…será para el próximo verano.
La otra actividad que mantengo son mis clases de diplomado que tienen cara de terminar justo con el nacimiento de los mellis, por ahí por la quincena de Diciembre. Yo me aprovecharía de la licencia y no iría más a clases porque ahora sí que está realmente fome la cuestión y estar hasta pasada las 10.30 de la noche se me hace medio insoportable…más en día viernes, y como la otra clase es el sábado en la mañana no alcanzo ni a descansar. La parte relajada es que quizás con esto de la licencia voy a poder tomarme más tiempo para hacer los trabajos aunque muera de sueño y aburrimiento.
Este lunes también fui a ponerme la inyección que ayuda a los pulmones de mellis a madurar para que no necesiten incubadora por si quieren salir antes de la panza. Le tenía mucho miedo a la inyección porque era intramuscular y me recordaba horriblemente a esa inyección de Benzatina-Penicilina que abusivamente me pusieron cuando niña, cuando los antibióticos eran de libre uso, y de sólo recordarlo me duele el cachete…que horrible es esa inyección, me recuerdo días con la pata tiesa y comiendo millones de “oba-oba” con los que mi madre querida intentaba que la perdonara por tremendo dolor que me hacía padecer casi sin sentido porque lo que me contó un doctor después. Bueno, el punto es que esta otra inyección de cortisona dolía nada, la enfermera me bajo un poco el pantalón, me engrupió preguntándome cosas del embarazo y me pinchó y listo…ojala que la epidural esa así también.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
sigue no mas kari con tu ciudado y reposo...
ResponderEliminaraprovecha con la familia despues los niños te van a demandar al 1000%
ahora te voy a seguir desde tu blog que moderna no.....